martes, 30 de julio de 2013

En mis lejanas épocas de inocencia...





HACE TIEMPO QUE PERCIBO

Hace tiempo que percibo,
en el alma y en el pecho,
que en tu sonrisa navega
una pregunta en acecho.

Una pregunta en acecho
en tus ojos penetrantes,
tus ojos de tinta noche
que me ven a cada instante.

Que me ven a cada instante,
por eso mi rostro se enciende,
lo que apasiona a tu boca,
boca de labios ardientes.

Boca de labios ardientes
que procrean mil fantasías,
en mis pensamientos locuras
que me inquietan noche y día.

Que me inquietan noche y día
y mira tú cómo son las cosas,
que en vez de darme un beso,
me regalas una rosa.

Me regalas una rosa
y yo confusa me quedo
cuando siento el erotismo
que destila por tus dedos.

Que destila por tus dedos,
mi timidez me controla,
la luz de mi sol se renueva
porque ya no me siento sola.

Porque ya no me siento sola,
me ves de pronto reír,
y tú sonríes contento,
sabes que me haces feliz.

Sabes que me haces feliz
 y liberas una chispa de arrojo,
mis mejillas se cubren de grana,
 la chispa se queda en tus ojos.

La chispa se queda en tus ojos
y yo odio mi vana vergüenza,
porque anhelo que me mimes
de los pies a la cabeza.

De los pies a la cabeza
te ambiciono nigromante,
para que adivines lo que siento
en este preciso instante.

Entre tu deseo y el mío,
no existe brecha ni abismo,
porque, ¿sabes, vida mía?,
yo voy sintiendo lo mismo.

Olga Cortez Barbera

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